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No sé pas què m'espera, però ha de ser millor.

martes, 15 de febrero de 2011

A los hermanos no se les separa.

Las 20:01. Me despido de mis padres, abro la puerta de la calle y pico al ascensor. Mientras llega el ascensor cierro la puerta y me peino como si aún fuese inocente y pequeña. Llega el ascensor me subo y tan pronto como pico el botón que me lleva a la calle, abro corriendo el bolso. Tengo el tiempo escaso de dos pisos para sacar un cigarrillo de mi bolso y esconderlo entre mis dedos. Hecho. Salgo de la portería, miro hacia la izquierda e intento localizar a mi padre. No está. Me enciendo en la puerta el piti para que la vecina que siempre está vigilando no me vea. Medio escondo lo que llevo en mis dedos cuando cruzo la calle. Siempre hay que ir con mucho cuidado con los puestos de control. Me dirijo a picarle al que últimamente me tiene harta tanto en el día a día como en mis sueños. Procuro fumármelo rápido pero con calma. Camino despacio, aún tengo cinco minutos de margen para picarle. Llego a la esquina de su calle y tiro el cigarrillo, no le gusta verme fumar, en ese sentido se preocupa mucho por mí. Los últimos metros hasta su puerta me meto un chicle en la boca y con el mini frasquito de oferta, me perfumo para que se vaya el olor. Llego. Pico hasta que el pilotito se pone en verde. Me pongo de perfil y juego con mi pelo pues se que desde ese momento me estará viendo. "Ya bajo" Suena su voz infantil y juguetona. Llega el otro comiendo como siempre. Nos saludamos con nuestros típicos besos amistosos. Nos reunimos los tres. Y comenzamos nuestro camino hacia el lugar concreto. Al llegar un ángel toca el largo y negro piano de cola. "Patética" de Bethoven. Durante unos diez minutos me evado con la música controlando a la perfección todos los movimientos del receptor de mis miradas. Pienso en lo muy difícil que se me hará si algún día lo pierdo. Si no puedo volver a escucharle tocar. Se me cae una lágrima, entre lo pensado y la música me hace sentir pequeña de nuevo. Me la seco mientras obtengo un largo abrazo maternal. Y al fin pienso, que a los hermanos no se les puede separar. Que hoy tengo un nuevo motivo por el cual sonreír y luchar, conservarle a él. Puesto que no es un amor de pasión sé que no es tan fácil que nadie nos separe. Porque al fin y al cabo, hermanos de sangre o no, son hermanos.. ♥



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